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4 motivos que hacen de Castillo de Monteagudo un aceite de oliva virgen extra único

Producimos nuestro aceite de oliva virgen extra en una de las zonas más septentrionales del mundo en que se puede cultivar con éxito el olivo.   Varios factores lo hacen singular:

  • LA GEOGRAFÍA- Castillo de Monteagudo está enclavado en el valle del Queiles, una región al sur de Navarra enmarcada por dos accidentes geográficos: el Moncayo, con sus más de 2,300 metros de altura, y el paraje semidesértico de las Bardenas.  Su cercanía da una personalidad única a nuestro aceite de oliva.
  • EL CIERZO- Un viento del Noroeste, frío y seco, que en Monteagudo sopla más de la mitad de los días.  Según Catón era capaz de derribar a un hombre armado o una carreta.  Deseca las plantas y dificulta las plagas.
  • EL SISTEMA DE RIEGO – Un antiquísimo sistema de acequias, procedente de tiempos de los árabes, transporta el agua procedente del Moncayo y permite riegos de apoyo cuando son necesarios.
  • LA TRADICIÓN- Ya desde tiempos de los romanos se elaboraba aceite en la Ribera de Navarra.  Así lo atestiguan los restos de almazaras que se encuentran en la zona.  En Monteagudo desde el año 1429 nuestra familia cultiva olivares y elabora aceite de oliva.  En el siglo XIX obtuvimos diferentes premios nacionales e internacionales: en 1893 el Congreso de los Estados Unidos de América concedió un diploma a nuestro aceite de oliva por su “fino sabor y aroma frutado”.

Actualmente, con las técnicas más avanzadas y con el esmero y dedicación de siempre, producimos un aceite de oliva virgen extra único. Un aceite que lleva dentro de sí la memoria de nuestra tierra.